Bendita sea tu Pureza y eternamente lo sea
Pues el mismo Dios se recrea en tan graciosa
belleza,
A ti celestial Princesa, Virgen sagrada, María,
Te ofrezco desde este día alma, vida y corazón,
Mírame con compasión,
No me dejes, Madre mía,
Y dame tu santa Bendición
Vaya rosa más hermosa: "Y dame tu santa bendición". La oración termina "oficialmente" en Madre mía, pero siempre escucho añadidos y en la última rosa suelo decir "morir sin confesión", ahora ya tengo también la tuya, gracias. Abrazos fraternos.
ResponderEliminarSomos creativos, que le vamos a hacer ;)
ResponderEliminarAbrazos fraternos