" ... las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños...
Yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que han venido antes de mi son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos;
Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante."
(del santo Evangelio según san Juan l0, ...)
Los que por la gracia de Jesucristo creemos en Él, le amamos y procuramos seguir Sus Caminos, somos capacitados por el Santo Espíritu de Dios para distinguir el mal del buen espíritu.
De esta manera podemos desechar en paz las malas doctrinas que no sean la doctrina del Señor, custodiada por su Iglesia, durante 20 siglos.
No les queremos escuchar, porque no comunican vida eterna, sino vaciedad cuando no, muerte eterna.
Y estas malas voces se oyen tanto fuera como dentro de la Iglesia católica. Pidamos, pues, al Señor el permanecer siempre en Su Amor, ser sencillos y también astutos para reconocer el mal en sus mil vestimentas de bien, y andar siempre cerca del Maestro.
¡Ladrones sois los que os haceis llamar apóstoles de Jesucristo y predicais lo que son solo ideologías humanas, surgidas de la soberbia!
Las ovejas no os reconocemos, porque amamos a Cristo y Él mismo nos hace distinguir los buenos de los malos pastores.
Cristo nos da vida, y vida abundante. Le seguimos a Él y tan solo escucharemos a los pastores que también le siguen y son según su Sagrado Corazón.
No hay más, pero tampoco, menos.
Sí Neila, hablas del Sensus Fidei; "lo que ha sido creído en todas partes, desde siempre y por todos". y que cada uno tiene por lo que reconocemos la Voz del Pastor.
ResponderEliminarEn San Mateo leemos
"Cuando vean en el Lugar santo la Abominación de la desolación, de la que habló el profeta Daniel –el que lea esto, entiéndalo bien– los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; el que esté en la azotea de su casa, no baje a buscar sus cosas; y el que esté en el campo, que no vuelva a buscar su manto. ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Rueguen para que no tengan que huir en invierno o en día sábado. Porque habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y si no fuera abreviado ese tiempo, nadie se salvaría; pero será abreviado, a causa de los elegidos.
Si alguien les dice entonces: “El Mesías está aquí o está allí”, no lo crean. Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán milagros y prodigios asombrosos, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. Por eso los prevengo. "
la tiniebla será tan densa y ruido tal que será muy fácil confundir la Voz y es que el Diablo es un gran imitador de los accidentes. Por eso los 3 días de oscuridad no hay que abrir a nadie así reconozcamos las voces...a nadie, Rezar y no escuchar nada de afuera. Ese sábado invernal...Abrazos fraternos.
Así es, cuando Él dijo (Juan 14,6): "Yo soy el camino, y la Verdad, y la Vida. Nadie viene al Padre sino por Mi", dijo exactamente lo que dijo y no otra cosa. Y cuando dijo (Juan 12,32): "Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos los atraeré hacia mí", lo dejó bien claro. Todos los pasteleos y componendas de los que han perdido la Fe en Jesucristo Nuestro Señor, a menudo en el timón y sala de máquinas de la Barca de Pedro, recibirán su justa recompensa. A nosotros nos toca perseverar en Él y mantener la Paz que sólo Él nos da, sobre todo con la ayuda de nuestra Madre del Cielo.
ResponderEliminarAbrazos fraternos.
No sabeis como me han confortado vuestros comentarios, hermanos. Muchas gracias, de corazón. El Señor es bueno, y Él que todo lo sabe, ha venido en vuestra lindas personas a confortar mi alma.
ResponderEliminarJesús y María os bendigan abundantemente, con esa Magnanimidad tan característica del Creador y Redentor del género humano, caído en desgracia.
Abrazos agradecidos y fraternos a los dos