jueves, 30 de abril de 2020

Orar






Para orar serenamente, primero busca soledad y silencio.
Fuera móviles, teles, radios, etc...

Estás solo, invoca al Señor que mora en tu corazón.

Pide asistencia a la Virgen Inmaculada.





Renuncia a tus intenciones, déjate llenar de su Paz, recordando aquel: "Paz a vosotros" , con el que siempre saludaba.

Olvida todo. Estás con el "Yo Soy" de los siglos.




Hazte consciente de que tú eres en el Dios uno y trino que amas, y que Él es Uno contigo, porque te ama infinitamente.

Dile: " Tú en mi y yo en Ti "

Repítelo, sosegadamente.

Deja que Su Paz te invada.

Vive el momento, simplemente recíbele.

Disfruta hondamente de lo que Dios en Jesucristo haga en ti.

Has orado, sé feliz.



 

lunes, 27 de abril de 2020

Fiesta de la Virgen de Montserrat








Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
¡que jamás se ha oído decir,
que ninguno de los que han acudido a Vos,
implorando vuestro auxilio,
y reclamando vuestro socorro,
haya sido abandonado de Vos!
¡Animado por esta confianza,
a Vos también acudo,
oh Virgen Madre de las vírgenes,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante Vos!
¡no desecheis santa Madre de Dios
mis súplicas, antes bien, escuchadlas
y acogedlas favorablemente, amén!







Rézalo en hora y deshora porque mucho le agrada a nuestra Mamá del cielo que se le pida con tanta confianza como tuvo el santo que la compuso. Y muchos milagros ha obrado la Virgen cuando se le ha rezado de esta forma, con esta oración centenaria de la Tradición de la Iglesia católica.

sábado, 25 de abril de 2020





El Señor de lo alto ha sentenciado,
desde siempre su Voz ha tronado,
ni el tiempo ni el espacio han frenado,
aquel hágase ayer pronunciado.

Fue y es, Padre e Hijo,
y entre ellos el Amor tan amado,
que es de ambos espirado.

¿quien comprende estas cosas?
en un mundo desquiciado,
que ya ha sido condenado.

Muchas razones, y poca Verdad.
Se hace silencio en la ciudad,
se instala el enojo y el miedo brutal,
quebró la burbuja de un mundo ideal,
y ahora se mueren por cientos y más,
y nadie comprende qué va a pasar.

yo solo deseo no perderte jamás,
a Ti Jesucristo que me diste a beber,
tu Sangre y tu Vida eterna, sin par,
admite mi súplica de poderte ver,
y permanecer a tu vera, sin más.

De ti, aprender,
a amar y a obedecer,
a buscarte siempre,
sin desfallecer,
y en soledad muy paciente,
Tu pronta Llegada esperar.

viernes, 24 de abril de 2020

Mi aparente fracaso







Alma querida, por ti también, los hice. De entre los animales, son los pequeños que causan ternura y transparentan un algo de la infinita Ternura de Mi Corazón divino y humano.
 

Muchos de entre vosotros no quieren creer que les amo, porque padecen, y no piensan que Yo mismo padecí, y mucho más que la mayoría de vosotros...


 si Yo que soy Dios, me sometí a la ley del dolor que surgió de vuestra rebelión, ¿porqué no quereis verlo?

Amada alma, tú pudiste compadecerte de Mi, y en ello hallar Mi Compasión por ti, por todos.

Si quisieran acercarse a Mi, me manifestaría a ellos, como lo hice contigo.

Díselo, pequeña, que se acerquen a Mi aparente fracaso, y una vez cerca de Mi, les hablaré al corazón. Y Me conocerán.
Como hice contigo, con tantos...

Pero si no vienen a Mi, aunque Yo les busco constantemente, también respeto su libre albedrío y nunca Me impongo.

Solo pido que se acerquen a Mi, en mi aparente fracaso, y Yo sabré hacer el resto.

Amada alma, recibe Mi Bendición de hoy.

somos UNO,
para que todos sean UNO

lunes, 20 de abril de 2020

NOVENA DE LA CONFIANZA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




(Se repite hasta el final, los nueve días de la novena.)

La confianza es un acto de la voluntad por el que esperamos conseguir de Dios nuestra salvación y los medios necesarios para ello. Es una virtud que encierra fe, esperanza y caridad. El fundamento de la confianza está en que Dios es nuestro Padre, que cuida de nosotros más que de los pájaros y los lirios (Lc. 12, 24-27).

Nadie disfruta más de la bondad del Corazón de Jesús que el que tiene mayor confianza en Él. El peor y mayor mal que el demonio nos hace después del pecado, es hacernos desconfiar. "Lo que más le agrada es la confianza en Él" (Santa Margarita).

Necesitamos la confianza y la mejor manera de alcanzarla es pedirla a Dios.

Podemos pedir la confianza y todas las gracias y bienes que necesitamos con "la Novena de Confianza".

"Vayamos con confianza al trono de la gracia". (Hb. 4, 16).

Modo de hacer la Novena de Confianza:

Oh Jesús, a tu Corazón confío (esta alma, esta pena, este trabajo...), míralo, después haz lo que tu Corazón te diga; deja obrar a tu Corazón.

Oh Jesús, yo cuento contigo, yo me fío de Ti, yo me entrego a Ti, yo estoy seguro de Ti.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.


Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío (repetir).

Oh dulce Jesús, que has dicho: "Si quieres agradarme, confía en Mí; si quieres agradarme más, confía más; si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente; las almas confiadas son las robadoras de mis gracias". Yo confío inmensamente en Ti. En Ti, Señor, espero; no sea yo confundido eternamente. Amén.

ORACIONES:

ACTO DE CONFIANZA EN EL CORAZÓN DE JESÚS

¡Oh Corazón de Jesús!, Dios y hombre verdadero, delicia de los Santos, refugio de los pecadores y esperanza de los que en Vos confían; Vos nos decíais amablemente: “Venid a mí”; y nos repetís las palabras que dijisteis al paralítico: “Confía, hijo mío; tus pecados te son perdonados”, y a la mujer enferma: “Confía, hija; tu fe te ha salvado”, y a los Apóstoles: “Confiad, yo soy, no temáis”. Animado con estas vuestras palabras, acudo a Vos con el corazón lleno de confianza, para deciros sinceramente y de lo más íntimo de mi alma: Corazón de Jesús, en Vos confío.


(A cada invocación decimos “CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO")

En mis alegrías y tristezas,
En mis negocios y empresas,
En mis prosperidades y adversidades,
En las necesidades de mi familia,
En las tentaciones del demonio,
En las instigaciones de mis propias pasiones,
En las persecuciones de mis enemigos,
En las murmuraciones y calumnias,
En mis enfermedades y dolores,
En mis defectos y pecados,
En la santificación y salvación de mi alma,
Siempre y en toda ocasión,
En vida y muerte,
En tiempo y eternidad,

Corazón de mi amable Jesús, confío y confiaré siempre en vuestra bondad; y, por el Corazón de vuestra Madre, os pido que no desfallezca nunca esta mi confianza en Vos, a pesar de todas las contrariedades y de todas las pruebas que Vos quisierais enviarme, para que, habiendo sido mi consuelo en vida, seáis mi refugio en la hora de la muerte y mi gloria por toda la eternidad. Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh, Señor Jesús!, vuestros santos misterios infundan en nosotros un fervor divino, con el que, recibida la suavidad de vuestro dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar lo terreno y amar lo celestial. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.


ACTO DE CONFIANZA DEL BEATO CLAUDIO DE LA COLOMBIÈRE

Dios mío, estoy tan persuadido de que velas sobre todos los que en ti esperan y de que nada puede faltar a quien de ti aguarda todas las cosas, que he resuelto vivir en adelante sin cuidado alguno, descargando sobre ti todas mis inquietudes. Ya dormiré en paz y descansaré, porque Tú, solo Tú has asegurado mi esperanza.

Los hombres pueden despojarme de los bienes y de la reputación; las enfermedades pueden quitarme las fuerzas y los medios de servirte; yo mismo puedo perder tu gracia por el pecado; pero no perderé mi esperanza; la conservaré hasta el último instante de mi vida y serán inútiles todos los esfuerzos de los demonios del infierno para arrancármela. Dormiré y descansaré en paz.


Que otros esperen su felicidad de su riqueza o de sus talentos; que se apoyen sobre la inocencia de su vida, o sobre el rigor de su penitencia, o sobre el número de sus buenas obras, o sobre el fervor de sus oraciones. En cuanto a mí, Señor, toda mi confianza es mi confianza misma. Porque Tú Señor, sólo Tú, has asegurado mi esperanza.

A nadie engañó esta confianza. Ninguno de los que han esperado en el Señor, ha quedado frustrado en su confianza. Por tanto, estoy seguro de que seré eternamente feliz, porque firmemente espero serlo y porque de ti, Dios mío, es de quien lo espero. En ti esperaré, Señor, y jamás seré confundido.

Bien conozco, y demasiado lo conozco, que soy frágil e inconstante; sé cuánto pueden las tentaciones contra la virtud más firme; he visto caer los astros del cielo y las columnas del firmamento; pero nada de esto puede aterrarme. Mientras mantenga firme mi esperanza, me conservaré a cubierto de todas las calamidades; y estoy seguro de esperar siempre, porque espero igualmente esta invariable esperanza.

En fin, estoy seguro de que no puedo esperar con exceso de ti y de que conseguiré todo lo que hubiere esperado de ti. Así, espero que me sostendrás en las más rápidas y resbaladizas pendientes, que me fortalecerás contra los más violentos asaltos y que harás triunfar mi flaqueza sobre mis más formidables enemigos. Espero que me amarás siempre y que yo te amaré sin interrupción; y para llegar de una vez con toda mi esperanza tan lejos como puede llegarse, te espero a ti mismo, Creador mío, para el tiempo y para la eternidad. Así sea.

Sagrado Corazón de Jesús, sella mi alma para que jamás vuelva a cometer un pecado mortal.

En Vos confío

(https://oracionesydevocionescatolicas.com/portada.htm)

sábado, 18 de abril de 2020

Esperando al Amado






La paciencia todo lo alcanza,
si tu caminas en confianza,
amando a Aquel que embelesa
a toda una santa como Teresa.


Heme aquí, oh Padre Bueno,
hoy te ofrezco mi vida entera,
porque deseo fervientemente
poder morar siempre a tu vera.

Tu Voluntad es mi bandera,
por la que todo hoy te entrego,
pues no hay meta más certera
que al hombre lleve por Tu Sendero.

Heme aquí, Oh Padre Bueno,
que hiciste todo en un momento,
ante Ti: mis pobres armas,
que son miseria y polvo negro,
para que Tú, Origen cierto,
hagas de mí un hijo nuevo,
que a imagen de Tu hermoso Verbo,
yo te obedezca en gozo y duelo.

Tú siempre eres la Razón,
y yo me inclino cual vasallo
porque otro Dueño yo no hallo,
Tú, mi Sagrado Corazón.






miércoles, 15 de abril de 2020

Dame, Señor, la confianza de un niño



NOVENA A LA SANTA SOR FAUSTINA
Para alcanzar la gracia de confianza del nińo
En la novena pedimos la confianza
y las virtudes que condicionan
la confianza del niño a Dios


Día I
Dichosos los que han puesto su confianza en el Señor


Jesús: “El alma que confía en mi misericordia es la más feliz porque yo mismo tengo cuidado de ella” (Diario 1273). “Le ofrezco mi confianza y le doy todo lo que pide” (Diario 453).

Sor Faustina: “No comprendo, cómo es posible no tener confianza en Aquel que lo puede todo; con Él todo y sin Él nada. Él, el Señor, no permitirá ni dejará que queden confundidos aquellos que han puesto en Él toda su confianza” (Diario 358).


Santa Faustina, alcánzame la gracia de confianza del niño ante Dios que lo puede todo, es la Sabiduría misma y ama con un amor infinito.


Día II
La confianza como respuesta al conocimiento
del misterio de la Divina Misericordia


Jesús: “Todo lo que existe está encerrado en las entrañas de mi misericordia más profundamente que un niño en el seno de la madre. Cuán dolorosamente me hiere la desconfianza en mi bondad. Los pecados de desconfianza son los que me hieren más penosamente” (Diario 1076).

Sor Faustina: “Sé que incluso a las almas elegidas y adelantadas en la vida religiosa o espiritual, les falta el ánimo para confiar totalmente en Dios. Y eso sucede porque pocas almas conocen la insondable misericordia de Dios, su gran bondad” (Diario 731).


Santa Faustina, ayúdame a penetrar cada vez más profundamente en el misterio de la Divina Misericordia, dame a conocer la bondad de Dios para que le confíe cada vez más y no lo hiera con mi desconfianza.


Día III
La fe


Jesús: “Lo que tú ves [en] realidad, las almas ven a través de la fe. Oh, qué agradable es para mí su gran fe. Para que yo pueda obrar en un alma, el alma debe tener fe” (Diario 1420).

Sor Faustina: “Ruego ardientemente al Señor que se digne reforzar mi fe para que en mi gris vida cotidiana no me guíe según las consideraciones humanas, sino según el espíritu. Oh, cómo todo atrae al hombre hacia la tierra, pero una fe viva mantiene el alma en una esfera más alta” (Diario 210).


Santa Faustina, alcánzame una fe fuerte y viva para que conozca el amor misericordioso de Dios hacia las criaturas, porque cuanto más plena- mente lo conozca tanto más le confiaré.


Día IV
La esperanza


Jesús: “Que los más grandes pecadores [pongan] su confianza en mi misericordia. Me deleitan las almas que recurren a mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden” (Diario 1146).

Sor Faustina: “Aunque tuviera en mi conciencia los pecados del mundo entero y los pecados de las almas condenadas, a pesar de todo esto, no dudaría de la bondad de Dios, sino que me arrojaría sin pensar en el abismo de la Divina Misericordia que siempre está abierto para nosotros y con el corazón hecho polvo me arrojaría a sus pies abandonándome completamente a su santa voluntad que es la misericordia misma” (Diario 1553).


Santa Faustina, alcánzame una esperanza inquebrantable para que en el camino hacia el cielo cuente siempre con el perdón y la ayuda de la gracia de Dios en cada situación y especialmente en los momentos difíciles.


Día V
El amor


Jesús: “Yo soy el Amor y la Misericordia mismos; no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia, ni la miseria la agota, ya que desde el momento en que se da [mi misericordia] aumenta (Diario 1273). El amor me ha traído [a la tierra] y el amor me detiene. Oh hija mía, si tú supieras qué gran mérito y recompensa tiene un solo acto de amor puro hacia mí, morirías de gozo. Lo digo para que te unas a mí constantemente a través del amor” (Diario 576).

Sor Faustina: “Amor, amor y una vez más amor de Dios, no hay nada más grande que él ni en el cielo ni en la tierra. La mayor grandeza es amar a Dios, la verdadera grandeza está en el amor de Dios, la verdadera sabiduría es amar a Dios. Todo lo que es grande y bello está en Dios; fuera de Dios no hay ni belleza ni grandeza” (Diario 990).


Santa Faustina, alcánzame un amor ardiente hacia Dios para que lo ame por encima de todo y que ame todo por consideración a Él.


Día VI
La humildad


Jesús: “No en los grandes palacios ni en las espléndidas instalaciones, sino en el corazón puro y humilde me complazco (Diario 532). Los torrentes de mi gracia inundan las almas humildes. Los soberbios permanecen siempre en pobreza y miseria, porque mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose hacia los humildes” (Diario 1602).

Sor Faustina: “Oh, qué bella es un alma humilde. (…) A tal alma Dios no niega nada; tal alma es omnipotente, ella influye en el destino del mundo entero; a tal alma Dios la eleva hasta su trono y cuanto más ella se humilla tanto más Dios se inclina hacia ella, la persigue con sus gracias y la acompaña en cada momento con su omnipotencia. Tal alma está unida a Dios de modo más profundo” (Diario 1306).


Santa Faustina, alcánzame la gracia de la humildad verdadera para que acoja la verdad sobre Dios, sobre el mundo y sobre mí mismo y con eso me haga confiado como el niño ante el Padre Celestial, reconociendo que dependo de Él como el Creador y Salvador.


Día VII
El arrepentimiento


Jesús: “Soy santo, tres veces santo y siento aversión por el menor pecado. No puedo amar al alma manchada por un pecado, pero cuando se arrepiente, entonces mi generosidad para ella no conoce límites. Mi misericordia la abraza y justifica. Persigo a los pecadores con mi misericordia en todos sus caminos y mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a mí” (Diario 1728).

Sor Faustina: “Sufro muchísimo cuando me encuentro con la hipocresía. Ahora entiendo, Salvador mío, porque reprendías tan severamente a los fariseos por su hipocresía. A los pecadores empedernidos los tratabas con más benevolencia cuando volvían a ti arrepentidos” (Diario 1579).


Santa Faustina, alcánzame la gracia del sincero arrepentimiento de cada pecado y hasta de la más pequeña infidelidad por ser la causa de la terrible pasión de Jesús. Que el dolor de mi corazón obtenga el perdón de todas las culpas y fortalezca mi confianza en la Divina Misericordia.


Día VIII
El cumplimiento de la voluntad de Dios


Jesús: “Me das la mayor gloria a través de la paciente sumisión a mi voluntad, y te aseguras méritos tan grandes que no alcanzarías ni con ayunos ni con ningunas mortificaciones. Has de saber, hija mía, que si sometes tu voluntad a la mía, atraes sobre ti mi gran complacencia; este sacrificio me es agradable y lleno de dulzura, en él tengo complacencia, él es poderoso” (Diario 904).

Sor Faustina: “El Señor me ha dado la luz de un más profundo conocimiento de su voluntad y al mismo tiempo del total abandono a esta santa voluntad de Dios. Esta luz me ha fortalecido en una paz profunda, dándome a comprender que no debo tener miedo de nada menos el pecado. Cualquier cosa que Dios me envíe, la aceptaré con una total sumisión a su santa voluntad. Dondequiera que Él me ponga, trataré de cumplir fielmente su santa voluntad y todo lo que le agrade, aunque esta voluntad de Dios fuera para mi dura y pesada (Diario 1394), porque es para mi la misericordia misma (comparar Diario 1552).


Santa Faustina, alcánzame la gracia de cumplir con fidelidad la voluntad de Dios, siempre y en todo lugar para que con esto exprese mi confianza en Dios.


Día IX
El recipiente de confianza


Jesús: “Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo porque en tales almas vierto todos los tesoros de mis gracias” (Diario 1578).

Sor Faustina: “Oh Señor, Amor mío, te doy gracias por el día de hoy, por haberme permitido recoger el tesoro de tus gracias del manantial de tu misericordia insondable. Oh Jesús, no solamente en el día de hoy, sino en cada momento saco de tu insondable misericordia todo lo que el alma y el cuerpo puedan desear” (Diario 1178).


Santa Faustina, ayúdame a alcanzar un gran recipiente de confianza, para que con él recoja gracias no sólo para mí, sino también para la santa Iglesia, nuestra patria, el mundo entero y especialmente para las almas que desconfiaron de la Divina Misericordia.