El Padre
El Hijo
El Espíritu Santo, Amor divino de entreambos.
Si el que es Origen de todo está lleno de Amor puro y divino,
toda obra Suya lo estará también.
Más es característica del auténtico Amor el no imponerse, el dejar libre al amado, porque no sería Amor si se impusiera despóticamente.
Y con la libertad aparece un peligro: la posibilidad de no corresponder al Amor.
Eso fue lo que ocurrió con el ángel caído, con los hombres caídos en desgracia por el primer pecado de Adán y Eva y los pecados personales de cada uno.
Todo mal es consecuencia de no amar al que es el Amor.
Todo Bien es consecuencia de amarlo y reconocer en Él todo Bien.
Y aquí estamos en el siglo XXI en el que las sociedades del mundo han decidido darle la espalda al Uno y Trino, cayendo por ello en un abismo creciente, de desesperación, negrura y tormento.
¡Maranatha, ven Señor Jesús!