“ Todo es posible para el que tiene fe”. 

 

 

“Creo, Señor; pero dame Tú la fe que me falta”

 

La Vida divina

 

 

Es tan bello ver como el Espíritu Santo suscita los mismos pensamientos en todos nosotros, los que amamos al Señor...

Ver que la Verdad de Dios se difunde por el Cuerpo místico de Cristo con tal suavidad,

tal Amor,...

tal Ternura para con todos y cada uno de nosotros, que ciertamente es comprobable cuánto nos llega a amar nuestro Uno y Trino.

Estar uno en oración, recibiendo un toque divino que edifica la propia vida según Dios.

Ir a la Santa Misa y en la predicación, oir de la boca del sacerdote esas mismas Verdades divinas, como un recordatorio de todo cuanto se te dijo estando en oración.

Son los milagros silenciosos del Espíritu Santo, que llena los corazones de sus hijos de la misma y maravillosa Vida divina que nos regala a borbotones.

Cantaremos eternamente Sus Misericordias, efectivamente, si por Gracia somos admitimos en su Reino precioso. Esperemos, confiemos que sí, porque Él es el único Bueno.

 

El nuevo Mandamiento

 

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros.

 

Amarnos unos a otros como Tú nos has amado es dar la vida por los demás.

Si queremos ser verdaderos discípulos tuyos 

nuestro deber moral es amar sin reserva, 

hacer el bien a todos, 

y dar la propia vida por amor a Ti y a los otros.

Hágase, pues, Señor en mi según Tu santa Voluntad.

 

Vine

 

Vine a por los enfermos, para curarles

 

 

Vine a por los pecadores, para convertirles 

 

 Vine a por los que sufren, para confortarles

 

 

Vine a por los que fracasan, para ofrecerles Mi Victoria, 

que es para ellos la única tabla de salvación.

 

Cuenta con la Divina Providencia

 

Disfruta dependiendo gozosamente de la Divina y omnipotente Providencia del Señor sobre ti.

Todo lo provee, hasta los más mínimos detalles.

El que lo espera todo de Jesús, lo recibe todo de Sus Manos.

El que nada espera, nada cosecha.

Por eso entrega tu albedrío en las Manos del Altísimo que te hizo, te rescató en Jesucristo, y quiere que le consideres tu Padre Bueno, Santo y Divino. Un Padre providente, lleno de Amor divino, que desea vivas para cumplir Su Santa Voluntad, que es la mejor de todas.

Será tu nivel de confianza en el Bien increado, el Amor más absoluto y fidedigno, el que coloree tu vida diaria. Si te abandonas con alegría y confianza en el Señor, experimentarás Sus Bendiciones diarias, Sus detalles de Amor diarios, Su Providencia que actúa aún cuando no nos damos cuenta.

Jesús, hombre verdadero, maduro y sabio, vivía del Amor a Su Padre.

Nosotros también y ya desde ahora.

La Bienaventuranza comienza aquí y ahora y la viviremos en plenitud en Su Vida eterna, Esa que nos ha ganado con Su bendita Sangre, Dolor, Muerte y Resurrección. 

Amén, que así sea. Gracias, Señor.

Yahveh

 

 

Solo en Mi Grandeza hallas esa Libertad plena que ansías, 

 

 

 

ese Amor infinito que anhelas, 

 

 

 

 ese Todo en todo que vuestras almas buscan y precisan constantemente