Dios te ha creado con Su Palabra creadora y redentora, y no Se arrepiente de ello, porque te ama verdaderamente, con Amor eterno y del todo divino.
Quiso que fueras, y fuiste.
Quiere que seas y eres.
Ámate pues con Su mismo Amor, el que te habita y vivifica.
La santa Escritura dice: "No quiero Yo la muerte del pecador" y así es. El Uno y Trino todo lo hace bien, y el que por Su Poder es llamado a la existencia, es amado y es un bien para él mismo, y para los demás también.
Solo el maligno, con su soberbia humillada y rabiosa, contagia su amargura y anida en el hombre que se complace en sí mismo y por sí mismo.
La soberbia es la raíz de todo mal que le sobreviene al hombre y solo la Gracia abundante de Jesucristo que a todos se da, logra sacarlo del pozo de negrura en que el maligno lo puede sepultar, si el hombre se deja.
Por ello la Fe en Jesucristo es verdaderamente la salvación del pecador, que creyendo en Él, Le ama y estando en gracia de Dios, Le come, pudiendo Dios así sanarlo, santificarlo y vencer el mal, su mal, en lo más hondo del corazón, con él y en él.
Y todo revierte en alabanza de Dios, alegría compartida por una victoria que trasciende vida y muerte. que permanece para siempre.
La Victoria Cristo en ti y contigo.
Que así sea.