Inmaculado Corazón de María, me entrego a ti

A tus pies, querida Madre, venimos y te presentamos nuestras vidas, familias y circunstancias, confiando que Tú, Madre, Esposa e Hija predilecta en el Hijo unigénito de Dios, nos bendices, nos iluminas, nos rescatas de toda atadura de mal.

Nos consagramos en cuerpo y alma, con todo lo que somos y tenemos, a tu Inmaculado Corazón, como nos pediste por medio de Sor Lucía de Fátima. Deseamos obedecerte en esto y en todo cuanto nos solicites durante el tiempo que dure nuestra presencia mortal, para suplicarte que luego, nos acojas bondadosa en la morada eterna, en la que esperamos poder morar, por los infinitos méritos de la pasión, muerte y resurrección de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Danos la Gracia de Cristo que ha sido depositada en tus puras manos, la Fuerza del Espíritu Santo, que nos alcanzas y ofreces maternalmente, y tu misma Fe, Esperanza y Amor, para que en todo se cumpla el Designio del Padre en todos y cada uno de nosotros.

Ayúdanos a frecuentar los santos Sacramentos, en especial la santa confesión y comunión frecuentes, la Misa dominical, el rezo del Rosario y la coronilla de la Misericordia, la devoción a San Miguel Arcángel y todas las santas costumbres que nos mantienen unidos por el Amor Divino a ti y a nuestro amado Señor Jesucristo.

Totus tuus ego sum, oh Maria, et omnia mea tua sunt

Totus tuus ego sum, oh Maria, et omnia mea tua sunt

Totus tuus ego sum, oh Maria, et omnia mea tua sunt