miércoles, 17 de junio de 2020

Ut UNUM sint

Heme aquí, oh Padre, para cumplir Tu Voluntad


Al presente somos atacados en muchos frentes.
El cuerpo místico de Jesucristo, es decir, todos los que lo formamos por acción y gracia del Espíritu Santo de Dios, vivimos inmersos en una situación histórica extrema.

Tras 2000 años, a grosso modo, de civilización cristiana instaurada en prácticamente el mundo entero,  a través de ideologías meramente humanas y por ello falibles, cuando no inspiradas por el maligno, se ha destruído casi del todo esa realidad hermosa de la civilización cristiana.

Es la gran apostasía profetizada y en los acontecimientos más recientes, se agudiza este proceso, en el interior de la misma Iglesia, Esposa del Divino Redentor.

Es un ataque frontal contra Ella. Es un momento histórico de pasión dolorosa de todos los que amamos a Jesucristo y deseamos fervientemente Su Reino.

Por todo ello, y por la garantía que tenemos de que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia, aún en medio de sufrimientos y temores por todo cuanto está ocurriendo, podemos y debemos vivir en Paz. No cualquier paz, sino en la Paz que Nuestro Señor nos comunica en la oración asidua, diaria.

" Paz a vosotros " era lo primero que les decía siempre a Sus amados discípulos. Y ahora sigue haciéndolo con cada uno de nosotros, cuando le buscamos en la soledad, el silencio y Su Presencia verdadera en nuestro corazón, en nuestra alma.

Por todo ello, confiemos plenamente, aunque parezca que el Señor duerme, no lo hace, no duerme el Guardián de Israel. Nunca lo hace.
Ahora, más que nunca, la batalla contra el maligno se recrudece. Pertrechémonos con la santa Fe de nuestros padres, el amor y la obediencia a Jesucristo, la devoción y refugio seguro en Santa María, y la frecuencia de la santa confesión, comunión y oración.
Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat.
Amén.

2 comentarios:

  1. Amén, magnífica descripción del Fin de los tiempos, amiga, lo estamos viviendo. Perseveremos firmes en la Fe. Abrazos fraternos

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  2. sí, perseveremos, pemanezcamos en Su Amor, en Su Santo Espíritu que nos anima y redime.
    Abrazos fraternos

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