Jesucristo vela por los que Le acogen en sus corazones.
Oremos unos por los otros, con oraciones concretas, pidiendo específicamente lo que cada alma precisa y confiemos que seremos escuchados, siempre.
Lo ha dado todo por nosotros, y lo sigo haciendo.
Nos quiere con todo Su Ser.
Hemos de impetrar por los demás, en efecto, Dios es amor y todo Dios es una fuerza de amor que puede mudar todo corazón y darnos uno de carne que lata a Su ritmo. Abrazos fraternos.
ResponderEliminarEs cierto, para mí fue una llamada a la oración personalizada.
ResponderEliminarAbrazos fraternos