En tanto en cuanto el agua moja,
de igual modo el Sacramento católico del perdón perdona.
Y además de perdonar, nos capacita para vencer el pecado.
Repito, nos capacita, nos concede la Gracia suficiente para
vencer nuestro pecado.
Es una cuestión de Fe, como siempre. Pero es que partimos de Ella, ¿no?
Acostumbrarse a la santa confesión de los pecados es como agarrar la mejor de las espadas y ganar así TODOS LOS COMBATES.
San Francisco de Sales, por ejemplo, nos dice:
"Ten siempre un verdadero disgusto por los pecados confesados, por pequeños que sean, y haz un firme propósito de enmendarte en adelante."
Esa enmienda es fundamental. El Perdón restituye al punto de Santidad en el combate en este Valle. Magnífica entrada. La mejor preparación para la Navidad no es una Novena, es una buena Confesión.
ResponderEliminarAbrazos fraternos.
Es un tesoro tan olvidado actualmente la santa confesión, la santa reconciliación en la Sangre de Cristo derramada por nuestra vida eterna, junto a Dios. Es la fuente del retorno del pecador a la vía de unión con el Salvador, y por ende con el Uno y Trino, que nos ha creado.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno, hermano