viernes, 16 de agosto de 2019

Reflexión

Estamos siendo purificados, como Iglesia de Jesucristo. Creo que no se puede negar la evidencia.

En esta situación, personalmente me inclino cada vez más a poner toda mi confianza en Jesús y en María, y cada vez menos en las criaturas.



Y no es que no haya santos , personas que son claramente de Dios. Las hay y la Esposa de Cristo se alegra de que estén en su seno maternal.

Sin embargo nada de este mundo pasajero permanece para siempre, nada.
Todos nacemos, vivimos, padecemos y morimos. Y despues: NADA.

Digo nada en el sentido de que, visto desde esta vida mortal, nada queda apenas de los que ya partieron. Su silencio sepulcral es testarudo y tarde ó temprano, se les olvida



Por eso, y porque Jesucristo es promesa de Dios de vida eterna, llega un momento en el que todo cae, los ídolos caen, las seguridades caen, todo cuanto tiene alguna importancia temporal, cae.



Solo Jesucristo permanece para siempre.

Y nosotros, los que creemos en Él y deseamos seguirle, amarle y obedecerle, nos agarramos con todas nuestras fuerzas físicas, psicológicas y espirituales a Él, con María inmaculada, en la Iglesia, Esposa del Señor, y por su gracia y compasión somos hechos UNO con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, de aquí a la eternidad. Amén.

2 comentarios:

  1. Amén, magnífica reflexión, Jesús el que era y el que Es. Yo soy con nosotros, en el Cielo todos seremos conocidos.Abrazos fraternos.

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  2. Somos verdaderamente hechos UNO con Jesucristo, por su amor misericordioso para con nosotros, y entramos así en la vida intratrinitaria, por pura gracia de Dios. Así podremos, con Teresa, cantar eternamente Sus Misericordias!
    qué felices seremos cuando ya no haya mal posible.
    Abrazos fraternos

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