sábado, 16 de noviembre de 2019

Evangelio según San Lucas, 13, 34






" ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! 

¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los polluelos, y tú no quisiste! 

Por eso, la casa se os quedará vacía. 

Os aseguro que ya no me vereis más, hasta que llegue el día en que digan:

¡Bendito el que viene en nombre del Señor! "



Se puede matar a los profetas, destinándolos a algún lugar perdido, al que nadie accede, para que sus voces no sean oídas.

Se puede apedrear a los profetas levantando falsos testimonios contra ellos y así indisponer a la comunidad internacional contra ellos, haciéndoles pagar supuestas culpas encarcelándolos.

Hay muchas formas de impedir que los profetas de Dios, de Jesucristo y María, anuncien la Buena Nueva, la Verdad de Dios que tumba toda mentira de la antigua serpiente.

Más todas estas tretas son temporales. Tienen un tiempo adjudicado, y el tiempo pasa.

Cuando Dios lo crea conveniente, probablemente tras una gran purificación planetaria, pondrá remedio a tanta corrupción, aún dentro de la Iglesia católica.

¡Levantad vuestra vista hacia lo Alto, que se acerca nuestra Redención!
 

4 comentarios:

  1. Echo en falta la palabra contundente, clara, diáfana y certera de Benedicto XVI. Medios no le faltan, y cardenales poderosos que todavía no han sucumbido al humo de Satanás, tampoco. Hoy se filtra todo y canales para la difusión de un mensaje universal a la Iglesia Católica esparcida por todo el mundo no habrían de faltarle a Benedicto. Él es conocedor, entre otras cosas, del tercer secreto de Fátima, y dadas las circunstancias ya finales en las que se halla el mundo haría mucho bien para la salvación de las almas. Sencillamente, habida cuenta de que no le queda ya mucho tiempo, su silencio ensordece. Abrazos fraternos.

    ResponderEliminar
  2. querido amigo, cuando una persona opta por el retiro del mundo, cesa su actividad exterior, se dedica a cultivar su relación con el Altísimo, y fundamenta su acción en lo que Dios le pide en la oración. Es la vida de los contemplativos, y Benedicto XVI, aparte de otros motivos en los que no entro porque no sé, ha optado por vivir los últimos años de su vida como contemplativo. No sabes la fuerza espiritual que esto supone. Somos más eficaces como verdaderos contemplativos que como mensajeros de la Buena Nueva. Y cada uno haga aquello a lo que Dios le llama. La fecundidad de Benedicto XVI la conoceremos en la vida eterna y todos los bienes que de su reclusión y silencio se deducen.
    Por otro lado ya se levantan voces que anuncian la Verdad en todo su alcance, y cada vez más se alzarán. Confía plenamente en el Sagrado Corazón de Jesús y en el Inmaculado Corazón de María. Oremos mucho y procuremos estar atentos a lo que el Espíritu Santo pide a cada uno de nosotros.
    Un abrazote fraterno para ti :o)

    ResponderEliminar
  3. Coincido con Caminante. Estemos atentos a lo que El Señor nos pide y oremos por intercesión de María.

    Por otro lado, la analogía y ejemplo puesto por el Señor sobre la gallina me emociona, todo lo ha hecho con tanto amor.

    El análisis que realizas sobre los profetas que en este tiempo han de cumplir con el mandato del Señor que Habla es muy certero. Donde hay Luz no hay tiniebla ninguna.
    Abrazos fraternos.

    ResponderEliminar
  4. No sabes cómo me alegra tener por amigo y hermano a un varón que se emociona con la Ternura infinita de nuestro buen Dios.
    Si otros varones también se emocionan, pocos son los que lo admiten ante los demás. Les debe parecer que es como una debilidad, estupidez al cubo, pero.... es lo que hay.
    Una de las características que me enamoraron de Jesucristo fue su sensibilidad, su emotividad,a la par de su fortaleza, virilidad y capacidad infinita de sufrimiento y amor.
    Nuestro Todo, que nos tiene a sus pies, aunque no siempre, pero a Él tendemos y a Él nos encomendamos desde las purísimas manos de Mamá María.
    Dominus tecum.

    ResponderEliminar