"Más cercano a tí que tú a tí misma" ¡Así es hermana! Nos abismamos contemplando y buscando señales exteriores cuando Él está en nosotros, nos llama constantemente y no escuchamos Su Voz porque esperamos oírla como viniendo de un altavoz entre las nubes. Abrazos fraternos.
sí, es cierto, nos perdemos buscándole fuera, cuando Le tenemos vivo y actuante en lo más profundo de nuestro propio ser. Y todo por Amor. Escuchémosle. Abrazos fraternos
Nos es cercano a todos los que creemos en Él, le amamos y procuramos entre tropiezo y tropiezo, seguirle, manteniendo la hoja de ruta bien centrada en Su Sagrado Corazón, junto y por medio del inmaculado Corazón. Vivimos en Él, en Él nos movemos y somos. Nos hace suyos por el Espíritu Santo que nos habita, el Amor del Padre y del Hijo. Esponjitas resecas en un mar inacabable, que nos da vida eterna. puntitos de arena bañados al ritmo sobrenatural de las olas marinas de esa Agua que nunca se agota. ES más Él que nosotros, aunque en Él revivimos, salimos adelante, sobrevivimos a esta batalla a muerte contra el maligno, nuestro pecado y el de los demás. ¡Vencemos con el único Vencedor de la historia! Un fuerte abrazo, hermano
"Más cercano a tí que tú a tí misma" ¡Así es hermana! Nos abismamos contemplando y buscando señales exteriores cuando Él está en nosotros, nos llama constantemente y no escuchamos Su Voz porque esperamos oírla como viniendo de un altavoz entre las nubes.
ResponderEliminarAbrazos fraternos.
sí, es cierto, nos perdemos buscándole fuera, cuando Le tenemos vivo y actuante en lo más profundo de nuestro propio ser.
ResponderEliminarY todo por Amor.
Escuchémosle.
Abrazos fraternos
Siendo tan cercano, así, nadie te hace sin hacerle antes a Él.
ResponderEliminarAbrazos fraternos.
Nos es cercano a todos los que creemos en Él, le amamos y procuramos entre tropiezo y tropiezo, seguirle, manteniendo la hoja de ruta bien centrada en Su Sagrado Corazón, junto y por medio del inmaculado Corazón. Vivimos en Él, en Él nos movemos y somos. Nos hace suyos por el Espíritu Santo que nos habita, el Amor del Padre y del Hijo.
ResponderEliminarEsponjitas resecas en un mar inacabable, que nos da vida eterna.
puntitos de arena bañados al ritmo sobrenatural de las olas marinas de esa Agua que nunca se agota.
ES más Él que nosotros, aunque en Él revivimos, salimos adelante, sobrevivimos a esta batalla a muerte contra el maligno, nuestro pecado y el de los demás.
¡Vencemos con el único Vencedor de la historia!
Un fuerte abrazo, hermano