Con frecuencia, los católicos, pensamos que seremos transformados en el Cielo.
Pero la transformación que el Espíritu Santo realiza, comienza aquí y ahora.
El amor humano transforma a las personas.
El Amor Divino lo hace aún más, mucho más.
Si aún no somos santos, es porque nuestra Fe es débil; creemos, pero poco.
Dios es omnipotente, lo puede todo. Nada es imposible para Dios, son palabras del Arcángel San Gabriel.
Nuestra santidad personal, que revierte en todo el Cuerpo místico de Jesucristo, la Iglesia, comienza aquí y ahora.
Por parte del Señor no queda. Su Amor nos transforma ya desde ahora.
Ocurre.
Se realiza.
Créelo.
Confía.
Proponte luchar contra uno solo de tus pecados habituales. Durante un plazo de tiempo que puedas asumir. Una vez conseguido, amplía un poco el plazo de tiempo, y proponte de nuevo la lucha. Tendrás Su Gracia garantizada. ¿Por qué? Porque te Ama infinitamente.
Una vez vencido un pecado habitual, propóntelo con otro.
Lucha apoyado en Su Gracia, ese Poder sobrenatural que nos transforma.
Aquí y ahora.
Cree y confía en Jesús.
"Lucha apoyado en la gracia..."
ResponderEliminarEs esto querida amiga, Dios nos trabaja
si le dejamos hacer, si colaboramos con El.
Me ha encantado tu publicación.Gracias!
Buen camino Cuaresmal, hacia la Pascua.
Abrazos fraternos
¡Gracias Marian por tu siempre amable y fraterna visita!
EliminarAbrazos fraternos
Así es, magnífica entrada que nos refuerza en la Fe. Sólo quien muera en/con el Espíritu Santo será resucitado para la Vida y entrará en el Cielo.
ResponderEliminarAbrazos fraternos.
esas preposiciones tan valiosas... con,por,en ... nos son muy amables, en especial en, ya que así ¡estamos seguros de que vivimos!
EliminarAbrazos fraternos