martes, 15 de septiembre de 2020

Nuestra Señora de los dolores, ruega por nosotros

 

 


 

Amada alma, el humilde no se añade defectos, ni ve tan solo sus faltas, el humilde se conoce falible, recuerda los pecados cometidos, pero no para fustigarse, sino para ser astuto, con la gracia de Dios, y no volver a caer ante la misma tentación.

El humilde no se desprecia a sí mismo, porque sabe que Dios lo ama tanto, que ha dado su vida por salvarle de la eterna condenación.

El humilde anda en Verdad, en todo lo que piensa y hace.

Despreciarse a sí mismo por ser pecador no es virtud. Lo virtuoso es ser consciente de que uno peca, y puede volver a hacerlo, detestar ese pecado y esa tentación que le viene, sabiéndose en todo momento muy amado por Dios en Jesucristo.

También es virtud ser capaz de ver el bien que con Mi gracia se ha podido llegar a pensar y realizar. Toda obra buena es obra luminosa que ayuda a todos a acercarse a Mi.

Cuando digo que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha no es para que escondáis vuestra obras buenas, sino para que no caigáis en el exhibirlas por vanidad ante los demás.

Siempre es lo que mueve al hombre interiormente lo que da matices de pecado, ó matices de santidad a los pensamientos y a las obras de los hombres.

Todo lo que hagas hazlo por amor a Mi, y será obra santa y buena, y procura alimentar tu entendimiento con Mi sana doctrina, no sea que acabes haciendo el mal y creyendo que haces bien.

El hombre se engaña fácilmente a sí mismo, creyendo cosas ó que no son, ó que quisiera que fueran.

La formación de una conciencia recta y honesta es labor encomiable encomendada a los padres y profesores.

En vuestra sociedad ni los unos ni los otros pueden ser maestros de virtud, porque la mayoría no la viven.

Lejos de Mi halláis tan solo pecado, amargura y desesperación.
Conmigo se os abre un universo de virtudes, obras y pensamientos que agradan a Dios y benefician al hombre.

Recibid Mi Bendición de hoy.

ut Unum sint

 

2 comentarios:

  1. Me gustan mucho estas entradas para Escuchar al Maestro. La vida virtuosa y el crecimiento en las virtudes se consigue a comuniones con el alma mejor dispuesta a servir, expropiando nuestra voluntad y adoptando/prendando la de Dios. Muchos ven mal lo bueno y bueno lo malo y cada vez la confusión es mayor al intervenir en esto las autoridades eclesiásticas de forma aberrante, alejándonos del Encuentro con nuestro amado Redentor. Abrazos fraternos.

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  2. Tienes toda la razón. Vivir por Dios. Vivir para Dios. Una meta hermosa, aunque el tipo de vida que hayamos escogido, con frecuencia se convierta en una carrera de obstáculos.
    Busquemos al Maestro, estémonos muy cerca de Él, ó al menos intentarlo. Que seguro que como es compasivo, nos ilumina el camino.
    Abrazos fraternos

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