Que todo un Papa de la Iglesia católica le diga a la madre de un homosexual practicante que no pasa nada, que Dios quiere a su hijo tal y como es, es como decirle que siga practicando ese acto que ante los ojos de Jesucristo es un pecado mortal.
Y lo es porque atenta contra la virtud de la pureza y la castidad. Sí, la pureza y la castidad son virtudes cristianas y la fornicación y cualquier tipo de desviación sexual, como lo es la práctica del acto homosexual, son vicios, malas costumbres que conducen al hombre al infierno eterno de la condenación.
Ya va siendo hora de que hablemos claro, dado que nuestros obispos, cardenales y Papa incluído, no lo hacen, o se callan cuando no aplauden todo pecado contra el sexto y noveno Mandamiento.
¡Claro que Jesucristo nos ama infinitamente, pero no para dejarnos en una vida de pecados mortales!
La Fe en Jesucristo, nos va conduciendo de forma progresiva hacia una vida de virtudes cristianas, y nos va apartando de todo pecado, de todo odio, de toda falta de amor a Dios, de toda falta de respeto y honra hacia los padres, de todo mal deseo y rencor contra los demás, de todo crimen y matanza que el maligno pudiera inspirarnos, de todo deseo de robo y acto de latrocinio, nos libera del hecho de mentir, para situarnos en el afán por la verdad en todos los ámbitos de la vida, nos libera de los pensamientos sucios, y nos sitúa en la libertad de los que gobiernan sus instintos más básicos apoyados en la Gracia, que es el poder sobrenatural que Cristo mismo nos concede, cuando creemos en Él.
Nos libera progresivamente de la pereza, situándonos en la diligencia, nos libera de la codicia, para situarnos en la generosidad, nos libera de la mentira de la soberbia, para situarnos en la verdad de la humildad, etc, etc.
Todo eso hace el hombre creyente en Jesucristo, apoyado en la Gracia, así con mayúsculas, que nos capacita para aquello que sin la Fe, no podríamos hacer jamás.
Señor Jesús, vuelve pronto, que pretenden cargarse tu Iglesia, y tus apóstoles son gran parte del problema. Más, confiamos en Ti. Nos ponemos en Tus Manos y sabemos que el infierno no prevalecerá contra Ella, ni mucho menos contra Ti, que ya le has vencido, una vez y para siempre.
Suscribo esta entrada, muy bien expuesta, muy claro queda todo. Así es, y pretenden cargársela con el caballito de Troya lleno de lavandas y masones. Abrazos fraternos.
ResponderEliminarSe romperá el caballito. Tarde o temprano se romperá en mil pedazos. No sé si lo veremos, pero solo Su Amor perdura eternamente. A Él nos pegamos fuertemente, con la ayuda de Mamá María, que tanto nos quiere.
ResponderEliminarAbrazos fraternos