Jesucristo en los santos evangelios canónicos, siempre busca relacionarse personalmente con cada uno de nosotros.
Amarle y creer en Él es fundamentalmente amar y creer en una persona.
Por la fe bimilenaria de la Iglesia sabemos que se trata de una persona divina encarnada, es decir, hecha hombre verdadero.
Creer en Dios para nosotros católicos no es imaginarnos un dios que pueda ser así ó asá, no.
Es conocer a Jesucristo a través de la lectura pausada de los santos evangelios, la vida sacramental de la Iglesia, y la tradición de la Iglesia, que no es poca cosa.
¿Mi mejor amigo? Jesucristo
¿Mi Dios? Jesucristo
¿Mi vida después de la muerte? Jesucristo
¿Mi todo? Jesucristo
Porque cuando uno halla al Sumo Hacedor de todo, no necesita nada más.
Amén a todo. Amén.
ResponderEliminarNo sé porqué, pero leyendo tu entrada me ha venido a la memoria a Benedicto XVI cuando dice que suele (solía, ya no lo sé) rezar maravillado ante lo que él llama el quinto Evangelio: la Síndone de Turín. Porque tanto nos ha amado el Padre que se hizo carne, hombre, Dios-hombre, para que viéramos y escucháramos Sus propias Palabras venidas de carne mortal, como la nuestra. Tanto nos amó que nos regaló la Vida si en Él creemos. Saludos fraternos.
Oh, sí, hermano, eso hago yo también. Hay un retrato hecho en base a los rasgos físicos del "hombre de la Síndone", pues yo que pensaba: los católicos tenemos imágenes de los santos, de Cristo, de la Virgen, como quien tiene una foto de un ser querido que ya no está cerca. Para acordarte de aquella persona que quieres, que amas tanto. Pues para estar con Aquel que sabemos nos ama tanto, qué mejor imagen que una inspirada en la Santa Síndone. La pondré al final de este post, para que la veas, aunque quizás ya la conoces. A mí me ayuda mucho cuando deseo estar con el Señor.
ResponderEliminarGracias y saludos fraternos
El Encuentro, pues lo seguimos a Él. Todo. Abrazos fraternos.
ResponderEliminarAsí es. Nuestro Todo.
ResponderEliminarAbrazos fraternos