¡Oh, Señor, envía tu Santo Espíritu de Amor, Verdad y Luz divina a la tierra de los pecadores, para que viendo la santidad de sus elegidos, muchos quieran aceptarte como Dios uno y trino, Dios de Amor divino y verdadero!
Ese Amor divino que reclama de todos nosotros arrepentimiento de nuestros pecados, conversión a Dios, y enmienda de pensamiento, palabra y obra.
¡Qué tus santos ángeles y arcángeles nos auxilien en esta hora tremenda de asedio infernal, tanto dentro como fuera de la Iglesia católica, amén.
¡Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha, sé
nuestro amparo contra la malignidad y las insidias del diablo!
¡Impérele
Dios, te pedimos suplicantes! Y tú, Príncipe de la celeste Milicia, con
divino Poder, lanza al infierno a satanás y a los demás espíritus
malignos que vagan por el mundo para perder las almas.
¡Glorioso
Arcángel San Miguel protege a España y a su Iglesia, defiende al Papa
Benedicto XVI para que pronto podamos ver el triunfo del Inmaculado
Corazón de María! Amén.