«Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
El que coma de este pan vivirá eternamente,
y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».
«Os aseguro
que si no coméis la carne del Hijo del hombre
y no bebéis su sangre,
no tendréis Vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre
tiene Vida eterna,
y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es verdadera comida
y mi sangre, verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí
y yo en él.
Así como yo,
que he sido enviado por el Padre que tiene Vida,
vivo por el Padre,
de la misma manera, el que me come
vivirá por mí.»
Del Evangelio según San Juan, 6, 51-58
Amén, reparamos leyendo la Palabra hablar del Sacramento de nuestra Fe.
ResponderEliminarEl mejor alimento si lo hacemos en gracia y plena comunión con la Santa Madre Iglesia. Lo del 15 de mayo en Alemania es tan grave, no sé, me llena de tristeza verlos tan tochos. Abrazos fraternos.
hace tiempo, mucho tiempo que perdieron la Fe católica... Quién sabe si creen que consagran ó ya se han unido al carro protestante del símbolo.
ResponderEliminarAmemos a Jesús Sacramentado más que nunca. Consagrémosle nuestras vidas, con y por Mamá.
Y digamos nuestro Fiat, con Ella, al que ES para siempre.
Abrazos fraternos