¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y la Virgen concebida sin pecado original!

 

Dicen algunos que todo el mundo puede recibir la santa comunión, aunque no crean en Ti, Señor....

Recuerdo que San Pablo dijo que el que reciba el Cuerpo y la Sangre del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y la Sangre del Señor.

Estas palabras del santo apóstol deberían hacernos reflexionar.

Para poder comulgar dignamente, primero hay que conocer la palabra y vida de Jesucristo, luego viene la propia y libre adhesión a Su Persona Divina, a lo que sigue un sincero arrepentimiento de los pecados cometidos a lo largo de toda la vida, al que sigue una recta confesión de los mismos ante el sacerdote católico, el cual si ve en nosotros las disposiciones adecuadas, nos perdonará en Nombre del Señor.

Habremos de cumplir con la penitencia que el confesor nos diere y solo entonces podemos comulgar.

Hacerlo en pecado mortal, sin arrepentimiento, sin Fe es un sacrilegio contra la verdadera Presencia de Jesucristo en el pan y el vino consagrados. Porque ya no son pan ni vino, sino que son verdaderamente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad del Señor, osea Él al completo.

Esta es la Fe católica mantenida durante más de 2000 años y que ahora unos cuantos quieren echar por tierra...

NO

Si no coméis Mi Cuerpo y bebéis Mi Sangre, NO TENEIS VIDA EN VOSOTROS.

Y si lo hacéis sin Fe y sin verdadera contrición, es una ofensa directa a la santidad del Señor.

Y se os pedirá cuentas de esta ofensa.