Acordaos, oh piadosísima Virgen María,
Que jamás se ha oído decir,
Que ninguno de los que han acudido a Vos,
Implorando vuestra Asistencia y
Reclamando vuestro Socorro,
Haya sido abandonado de Vos.
Animado con esta confianza a Vos también acudo,
Oh Virgen Madre de las vírgenes,
Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
Me atrevo a comparecer ante vuestra Presencia soberana.
No desechéis santa Madre de Dios
Mis humildes súplicas,
Antes bien dignaos a atenderlas y
Acogerlas
favorablemente, amén.
Amén.
ResponderEliminarAbrazos fraternos en este gran día de fiesta.
¡AMÉN!
ResponderEliminarCon tu permiso la pongo en la entrada de la Inmaculada :)
Abrazos fraternos.
O mejor en otra nueva de otro día :)
ResponderEliminarAbrazos fraternos en Cristo!
Realmente tengo experimentado que esta oración llega hasta el Corazón inmaculado de nuestra Mamá del cielo. Muchos santos de la Iglesia la recomiendan, aunque tengo entendido que no se sabe a ciencia cierta quien la compuso.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno a los dos