La virtud de la esperanza cristiana se asienta en las promesas hechas por Jesucristo: Una vida eterna y plenamente feliz, después de finalizar esta vida mortal.
Por ello mi adhesión personal al Señor y al contenido completo de Sus Enseñanzas es la condición sine qua non, para que el Espíritu Santo plante en mi la semilla de la virtud de la Esperanza.
Por eso la Fe cristiana y su consiguiente virtud de la Esperanza en unión al Amor divino que nos es insuflado, por creer en Él, son los tres pilares de nuestra estabilidad existencial.
Somos herederos de la vida eterna que Jesucristo nos ha ganado con tanto sufrimiento, pasando por la muerte corporal, y una muerte de cruz, para resucitar, al tercer día, a una vida sin fin y en plenitud total.
No por nuestros méritos, sino por pura Generosidad, Dadivosidad y Amor divinos, hemos sido hechos hijos de Dios en Jesucristo, destinatarios de un regalo que no perece jamás.
Por mucho dolor que tengamos en esta vida mortal, perseveremos en la Fe, Esperanza y Amor a Jesucristo que tanto nos amó, que tanto sigue amándonos y que nos espera con brazos abiertos en Su Reino divino, esa tierra y cielos nuevos de los que nos habló San Isaías y San Juan.
Inspiradas palabras, como sueles tenernos acostumbrados, querida guapis. Concuerdo contigo en que nadie que se sienta amado por Jesucristo puede perder la esperanza ni un ápice.
ResponderEliminarBezos 😘😘🤗🤗
Entonces estamos de acuerdo, querida amiga. Un abrazo :)
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