En lo más hondo del hombre late un deseo grande de infinitud.
Y no descansará plenamente hasta que la consiga.
¿Cómo?
En el único Ser que es infinito: Dios mismo
Fuimos creados por Él y para Él.
Y en la auto-revelación de Jesucristo, el Hijo único de Dios, Su Palabra creadora y redentora, Le hallamos omnipresente, infinito, y lleno de Amor.
¿Quién podrá resistirse a amarle?
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