Nos pediste oración y penitencia a través de los 3 niños santos.
No te hicimos caso y Rusia, madre adoptiva del gran error de Marx, expandió sus falsedades por el mundo entero.
La soberbia del género humano hizo caso omiso de tus avisos y peticiones.
Y así nos va ...
Ponemos nuestras vidas en tus inmaculadas manos, Mamá María, para que en cada uno de nosotros se cumpla la santa y divina, justa y perfecta Voluntad del Uno y Trino que nos llamó a la Vida.
Totus tuus ego sum, oh María, et omnia mea tua sunt.
Ut Unum sint.
Amén.
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