Escucha Israel

el Señor tu Dios te habla, escúchale y aprende.

No niegues nunca tu auxilio al que lo necesita, pues Yo tampoco niego nunca Mi Auxilio a aquel que clama hacia Mí. No es lo que vuestros sentidos perciben, sino Mi Palabra la que rige el universo entero.

Sed cautos como serpientes, sencillos como palomas en medio de un mundo perverso que mancilla todo cuanto toca.

Ha llegado el tiempo de tribulación antiguamente anunciado. Los que ya Me amáis orad sin desfallecer, los que Me buscáis, halladme en Mi Iglesia, Esposa que guarda Mi divina Palabra con amor y dedicación.

El mundo recibe la paga de sus delitos contra el Altísimo, y lo hace con gran dolor y confusión.

Solo Mis pequeños entienden cuanto acaece, porque sus corazones laten al unísono con el Mío.

Tened las lámparas encendidas, que el divino Novio se acerca y cerrará la puerta del convite a todo aquel que no se halle preparado.