miércoles, 12 de agosto de 2020

El anticristo y cómo reconocerlo

 

 

Forma parte de la imagen tradicional del Anticristo el aparecer como "benefactor", y en las audiencias se muestra "tan amable, que se proclamará en todas las gacetas", como se dice en la Vida del Anticristo que escribió un capuchino en el siglo XVII. El Anticristo del relato de Soloviev es autor de un libro, traducido a todas las lenguas del mundo, con el título de El camino abierto a la paz y al bienestar en todo el mundo. Ha "creado en toda la humanidad una semejanza firmemente fundada: la semejanza de una hartura universal". Y después de haber sido proclamado -sobre la base de una elección sin votación- soberano del mundo, el Anticristo pronuncia un manifiesto, que concluye con las palabras siguientes: "¡Pueblos de la Tierra! ¡Se han cumplido las promesas! La paz del mundo está asegurada por toda la eternidad. Cualquier intento de destruirla encontrará al instante una resistencia insuperable, pues que desde hoy no existe sobre la tierra más que un único poder central... Ese poder me pertenece... El derecho internacional posee al fin la sanción que hasta ahora le ha faltado. De ahora en adelante ningún poder osará decir "guerra" cuando yo diga "paz". ¡Pueblos de la Tierra! ¡ La paz sea con vosotros!". Esto lo escribía Soloviev el último año del siglo XIX.

El carácter poderoso del reinado del Anticristo aparece con singular claridad en las últimas frases del manifiesto. Los teólogos hablan de "la potencia universal más fuerte de la historia". (Habría que recordar aquí algo singular, y es que Karl Marx ve condicionado el estado final intrahistórico por el hecho de que "ya no habrá ninguna verdadera autoridad política". A mí me parece que esto sólo se puede comprender en el sentido de que aquí se inserta en la historia su final extratemporal, la "Ciudad de Dios". Por el contrario, dentro de la realidad histórica se exacerbará por todas partes el ejercicio del poder político. Se ha dicho, en efecto, que el actual estado de cosas en el mundo se caracteriza porque "todavía sólo hay unas relaciones fácticas que se convertirán en puras relaciones de violencia").

Como quiera que "la fusión militar, política y económica se consuma en la unidad del frente religioso", el poder del Anticristo alcanza entonces sus cotas más altas. El objeto del culto religioso es el propio señor del mundo; "todos los habitantes de la Tierra, excepción hecha de los elegidos, adorarán a la bestia y dirán: ¿ Quién hay semejante a la bestia?". "No hay lugar alguno al que poder escapar huyendo de sus pretensiones". La posibilidad de una emigración, aunque sólo fuera de una "emigración interna", está excluida. Ya no habrá neutralidad alguna.

Ello es obra, sobre todo, de la "propaganda sacerdotal", que pone a los hombres en la mayor confusión por medio de señales sorprendentes y hasta casi milagrosas. A propósito de esto se ha observado que podría también tratarse de "milagros sociales". El profeta del Anticristo organiza ante todo el culto del mismo (por lo demás, acerca de ese culto ya Jung-Stilling, amigo de Goethe, pudo escribir sorprendentemente en 1804, que ese tipo de "liturgia" tenía que ser ¡militarista!). La imagen cúltica del señor del mundo tendrá que ser adorada; esa su imagen cúltica es "un instrumento de política estatal, por el que se reconoce al amigo y se descubre al enemigo, el cual es castigado. El "espíritu" de la "imagen" representa, en definitiva, el canon vivo para los jueces del imperium". El poder político, que se impone de manera absoluta, introduce una "absorción sin reservas" de la existencia y aspira a posesionarse de todo el hombre, y de manera muy especial en el ámbito de la religiosidad personal, por cuanto que a la vez se adueña de la inmediata existencia física del individuo mediante un boicot económico. Según la palabra del Apocalipsis, son "los pequeños y los grandes, los ricos y los pobres, los libres y los esclavos" (¿se puede expresar con mayor claridad la ausencia total de excepciones en esa "absorción"?), son realmente "todos" los que por obra del profeta del Anticristo son inducidos a "hacerse una señal sobre su mano derecha o sobre su frente, sin que nadie puede comprar o vender si no es el que tiene la señal, el nombre de la bestia o el número de su nombre". "Miedo y egoísmo" -cosa que ya sabía Inmmanuel Kant- serán "presuntamente" el fundamento del reinado del Anticristo.

Estando a las informaciones inequívocas de la tradición el "éxito" externo de ese régimen será inaudito; y el éxito consistirá en una gran apostasía. El hecho del enorme éxito externo distingue al Anticristo de aquel al que alude su nombre per negationem.

Un comentario teológico al Apocalipsis dice de este modo: "Así como en los días de Jesús de Nazaret se hicieron amigos Herodes y Pilato, fariseos y saduceos, porque se trataba de ir contra Cristo, así también en los días del Anticristo se unirá contra la Iglesia todo lo que se llama mundo". El "enemigo del mundo" será la Iglesia. Tomás de Aquino parece ensanchar aún más el círculo -casi podríamos decir que en forma desesperada- cuando afirma que "aquella última persecución -cuyo anticipo y modelo son "las persecuciones de la Iglesia de este tiempo"- se dirigirá "contra todos los buenos".

La última forma intrahistórica que adoptarán las relaciones de Iglesia-Estado no será la de un "arreglo", y ni siquiera la de "lucha", sino una forma de persecución; es decir, la de acoso de los impotentes por el poder. Mientras que la manera de lograr la victoria sobre el Anticristo será el testimonio de la sangre.

 

 

( Josep Pieper y su obra "El fin del tiempo", Editorial Herder )


7 comentarios:

  1. Magnífica entrada para reflexionar... Abrazos fraternos.

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  2. Es un texto que creo se puede aplicar a todos los personajes públicos que luchan de una manera u otra contra Cristo y su doctrina. Se puede aplicar a unos cuantos gobernantes actuales y también a algunos multimillonarios y sus acciones.
    Gracias y feliz fin de verano
    Abrazos fraternos

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    1. Así es, a todos los pergeñadores del nuevo orden mundial. Y sus acomodados cómplices,pero no de dinero sino acomodados en la facilidad por tener "bienes" y "derechos" sin luchar, o peor, a costa de los bienes de la Iglesia y sus hijos. Abrazos fraternos.

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  3. El nuevo orden mundial, que es más viejo que Matusalén, porque en realidad es un desorden que hunde sus raíces en el Non Serviam y en la actividad de la antigua serpiente.
    Y el ser humano vuelve a caer bajos sus engaños...
    Dios nos libre y la Virgen también.

    Abrazos fraternos

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    1. Sí, son como las herejías "nuevas" que vienen a ser las de siempre...
      Abrazos fraternos

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  4. Muy, muy interesante lo que traes en el texto. No conocía la obra de Pieper que mencionas, pero dado que quedé prendado de la lucidez profética de H. Benson y su "El señor del mundo", me pondré raudo con la obra que nos pesentas, ¡gracias!

    Post Data: El magnífico relato "El Anticristo" de Soloviev lo tengo en borradores del blog desde hace meses, pero claro, cuando le doy a "vista previa" resulta quedar una entrada quilométrica. Me resistía a postearlo por capítulos porque pierde mucho, pero igual lo hago.¡O no!, y lo pongo aunque quede kilométrico y más, jaja.
    Abrazos fraternos.

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  5. Cuando leí esta parte de la obra de Pieper, me impactó y enseguida pensé en un personaje público concreto. Pero luego me di cuenta que todo anti-cristo, persona, doctrina política e incluso creencia tiene las mismas características. Si somos observadores, podremos desenmascararlos y ponernos en alerta.
    Acudiendo por supuesto a la fuente de nuestra vida y protección, Jesucristo, que ya ha vencido a todo enemigo habido o por haber.
    Si el escrito de Soloviev es muy largo, nos permitirás hacer lectura rápida intentando pillar lo sustancial, confío.
    Me alegro que el tema te haya interesado.
    Abrazos fraternos

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