Yo reconstruyo todo cuanto el maligno rompe en vuestro ser.
Yo rehago los cimientos, y sobre ellos reúno todas las piezas rotas, haciéndoos UNO Conmigo y en Mi.
Esa unidad perfecta que vivo con Mi amado Abba en nuestro mutuo Amor divino, impregna vuestro ser redimido por Mi Dolor y Sangre, sanando, recomponiendo, iluminando y elevando vuestro ser hacia una vida divina que os perfecciona como seres humanos y os hace hijos en el único Hijo de Dios, Yo mismo.
todo eso lo veréis claramente el día de vuestra resurrección final, día ya prefijado por Mi divina Providencia y que aún permanece incognoscible para el hombre.
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