sábado, 9 de abril de 2022

Conversión

Aún no ha llegado la hora,

más se acerca inexorablemente.

Es aquella en la que el médico decide dar la amarga medicina

al enfermo. porque ve que no se cura por los medios habituales.


Le llega la hora de un sufrimiento mayor,

aquel por el cual se sentirá del todo inerme,

necesitado de ayuda.


Ese tipo de ayuda que solo Yo puedo darle.


Cuando se convenza de que solo Yo puedo darle alivio,

me compadeceré de él,

porque ha bebido el caliz de la amargura,

y ahora reconoce que sin Mi, nada puede.


En ese preciso momento, en el que abre su alma a Mí, vendré a él,

sanaré sus llagas, derramaré el ungüento divino que conforta, como solo Yo sé hacerlo.


Y así hallará su Bien más grande en Mí. 


Salvaré su alma y su cuerpo también. 

Entonces y solo entonces, me mostraré a él, y hallará su Paz y su Gozo en Mí.


Que así sea.


2 comentarios:

  1. La Paz contigo!
    Bendigamos al Señor, pues se acerca el día de nuestra redención.
    Abrazos fraternos.

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  2. Amén, hermano, que así sea.
    Abrazos fraternos

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