Me tenéis en lo más hondo de vuestro ser, en la simiente donde vuestra vida mortal germinó.
Desde allí os hablo, os guío, os amo poderosamente y sostengo según Mi Designio de Amor.
Todo Bien vertido en un alma en gracia de Dios se difunde para Bien de todos en el Cuerpo místico de Jesucristo, su amadísima Iglesia